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¿Estamos criando para la convivencia o para la exclusión?

Abr 15, 2017 | 0 comments

Para hablar sobre convivencia y exclusión, debo puntualizar que los niños no nacen diferenciando a una persona por su color de piel, por su peso, por su religión y mucho menos por su tendencia política. Esta diferenciación se da dentro de un proceso de aprendizaje donde la información recibida en el hogar, escuela y comunidad funge como una variable de gran importancia. Tal como lo define Chilina en su libro secuencias de desarrollo infantil integral «El proceso de interacción con sus otros significativos parece ser la clave para construir, a lo largo del desarrollo infanto-juvenil, el sistema personal de valores, que ha de integrar durante la adolescencia»

En un artículo de un periódico muy renombrado en el país indican que en los últimos tiempos hemos visto una suerte de identificación, categorización o etiqueta donde unos son «chavistas» otros «opositores» y esto deviene en describirlos como «buenos» o «malos» desde la posición en que como adulto nos coloquemos. En nuestro país hemos vivido un proceso de polarización política desde hace ya algunos años, que debe preocuparnos a todos los que nos vemos inmersos en esta vivencia ¿Por qué? Por sus consecuencias para nuestra población. Ya lo decía Martín Baró en «Guerra y Trauma Psicosocial del Niño Salvadoreño» donde explica que si bien existen síntomas inmediatos en los niños expuestos a situaciones como estas, también puede ocasionar que por el alto costo emocional producto de estas experiencias, se desencadene una «desensibilización defensiva» que hace que parezcan «fríos, insensibles o carentes de emociones en la vida cotidiana» ¿Queremos que en un futuro exista la probabilidad de que esto ocurra en NUESTROS niños?

Lastimosamente, las consecuencias de esta polarización a la cual nos enfrentamos ya saltan a la vista y no tienen nada que ver con la realidad a la que nos enfrentamos en la vida.

Mucho se ha viralizado la frase «Si enseñamos a los niños a aceptar la diversidad como algo normal, no será necesario hablar de inclusión sino de convivencia». Enseñar a los niños a ver desde los lentes de calificar a una persona como buena o mala dependiendo de si piensa como yo y no de que sus acciones van contra o a favor de la ley y las buenas costumbres, nos trae como consecuencia la siembra de la intolerancia y definitivamente no estamos criando para la paz, ni para la inclusión y mucho menos para la convivencia

Tal como lo comenté con anterioridad, el proceso de desarrollo de los valores, resulta de una fuerte interacción con sus adultos significativos ¿Esto qué quiere decir? Que no podemos exigir una conducta moral a nuestros niños si no hemos trabajado desde el ejemplo para enseñarla, en otras palabras, podemos decir una y otra vez a un niño que el diálogo es la mejor manera de resolver los conflictos, pero si en casa, no se propicia el diálogo, sino que existe violencia física y psicológica, estaríamos enviando un doble mensaje, donde, la práctica y lo vivido impera.

¿En qué se traduce todo esto?

En que como adultos debemos entender el valor para el mundo de las diferencias, es decir, comprender y aceptar que el otro por ser diferente a mí, no tiene por qué ser bueno o malo, simplemente es diferente en lo físico y en el pensamiento.

Esto es un gran aprendizaje para la vida, porque en a lo largo de los años nos encontraremos con puntos de vista distintos que tenemos que sortear y aprender a manejar ¿O no? En una reunión de trabajo, puedes encontrarte con personas que opinen diferente a ti e igual en una relación de pareja, no por ello eso hace que esa persona sea buena o sea mala

¿Cómo lo ponemos en práctica?

  • Los adultos debemos tomar consciencia de nuestros actos y darnos cuenta que podemos mejorar
  • Debemos dar el ejemplo – Convertir las palabras en hechos
  • Fortalecer la empatía, el entendimiento de cómo afecta una situación al otro, esto implica ver más allá de las diferencias
  • Guiarnos en función de que lo que es bueno o malo no es que alguien piense diferente, sino de los valores pautados por la sociedad ¿Quiere hacer daño con ello? ¿Qué significa robar? ¿Qué consecuencias debe tener una persona que falta a las normas de la sociedad? ¿Está permitido el uso de la violencia?
  • Instruir en deberes y derechos en el hogar, en escuela y comunidad. Es una forma de invitar a ser responsables de nuestros actos y a entender que sin importar la diferenciación que atravesamos en nuestra actualidad TODOS los seremos humanos tenemos los mismos derechos que nos protegen y deberes que nos comprometen
  • Priorizar el diálogo para el manejo de las diferencias y evitar a toda costa el uso de la violencia para la resolución de los conflictos

Para finalizar,  quiero recordarte, el gran aporte que tu hoy puedes hacer para hacer de este un mundo mejor para nuestros niños, pero también para dejar mejores niños (y adultos en un futuro) a este mundo que tanto nos necesita. Todos debemos trabajar en la construcción de un mundo mejor

Aprovecho para invitarte a revisar el #MadresVenezolanasPorLaPaz donde un grupo de especialistas, organizaciones y madres nos hemos reunido para brindar información clara, confiable y pertinente acerca de estrategias de crianza eficientes para afrontar la situación de conflicto social en Venezuela

Melissa Rosales – Psicóloga Infantil , especialista en Psicología Clínica

Ante cualquier duda o interés en consultas online o presenciales escribe a psicochamos@gmail.com

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Melissa Rosales Psicóloga Infantil

Consulta presencial en Costa Rica. Especialista en Psicología Clínica de la Universidad Central de Venezuela con Diplomado en Psicoterapia psicoanalítica infantil y del adolescente

Evaluación psicológica integral, Evaluación neuropsicológica y Psicología Infantil (Niños, niñas y adolescentes). Psicología Dinámica, Orientación Psicodinámica. Psicoterapia individual, Terapia familiar.

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