Al emigrar buscando una mejor calidad de vida, se tiene que tomar en cuenta el periodo de adaptación por el que se tiene que atravesar para recuperar el estilo de vida que se tenía o lograr el que se desea tener.

Me gustaría detenerme en este punto, pues desde mi experiencia y según lo que he podido observar de todos los familiares, amigos y conocidos que han tenido la experiencia de emigrar, muchas veces se pasa por alto ese proceso que se debe transitar y todo lo que en el se pueden encontrar, para acercarse a lo que se tenía en mente o para construir una realidad que nos acomode (Un proceso que implica lo que tenemos en mente y la realidad)

En el momento previo a emigrar, todo lo que se fantasea en relación al nuevo país y a los cambios que están por venir, generalmente se refieren a lo que se puede alcanzar en ese lugar, a las facilidades que ese país brinda para lograr lo que deseas, bien sea el tener un mejor trabajo, el poder comprar una propiedad, entre otros, pero se deja de lado ese proceso que se debe experimentar para alcanzar eso que te motivo a emigrar, es decir, cosas que parecen demasiado simples como el acento o el idioma, la comida, el clima, la forma de ser de los que habitan ese nuevo país, en fin, la idiosincrasia, son puntos que se subestiman pero que adquieren una gran importancia al momento de vivirlo.

A esto se le debe sumar el proceso de duelo por el que se tiene que atravesar, ya que se quiera o no, el emigrar implica una perdida y experimentar este proceso mientras que al mismo tiempo tenemos que adaptarnos a ese nuevo país, es aún más complejo.

El emigrar implica una perdida

Pero el emigrar no solo implica una perdida, sino que también implica un cambio y todo cambio genera incertidumbre que a su vez produce estrés y dependiendo de cómo este sea manejado, puede provocar alteraciones emocionales y físicas que pueden derivar en algún trastorno psiquiátrico como la depresión, algún trastorno de ansiedad, entre otros.

Si bien es cierto que emigrar es un proceso sumamente complejo a nivel psicológico, debo resaltar que emigrar te cambia, te permite ver nuevas perspectivas no solo de como percibías el mundo sino de cómo te percibías a ti mismo, das cuenta de tus límites y de tus recursos psicológicos inexplorados anteriormente.

Una vez que emigras ya no vuelves a ser el mismo de antes.

Puntos a tomar en cuenta cuando emigras:

Como mencione anteriormente, una vez que se emigra se debe atravesar un proceso de adaptación que incluye transitar un duelo por el país que se dejó; ir aceptando e incorporando aquello de la nueva cultura y construir expectativas más realistas de las que se tenían antes de emigrar, es por ello que en base a mi experiencia y a lo que he podido recopilar de las experiencias de mis pacientes, me gustaría compartir algunos tips que te pueden servir si vas a emigrar o si ya lo hiciste.

  • No generes expectativas muy ambiciosas, es importante tener un propósito, pero se flexible con lo que te propongas.
  • No te compares con otras personas que han emigrado, cada proceso es único y particular.
  • Si conoces el país al que vas a emigrar, ten presente que vivir en él es muy diferente a haber ido de vacaciones.
  • No pases mucho tiempo conectado con las noticias del país que dejaste, esto te mantendrá anclado mental y emocionalmente y no te permitirá avanzar.
  • Trata de relacionarte con personas que sean oriundos de ese país, ya que esto te permitirá ir introduciéndote en esta nueva cultura. Por lo general, se tiende a buscar personas que sean de la misma nacionalidad, ya que de esta forma uno se siente comprendido y como en casa pero esto también puede dificultar tu proceso de adaptación.
  • En momentos difíciles, recuerda las razones por las que emigraste y siendo lo más objetivo posible, piensa en si algo de eso has conseguido, esto te ayudara a continuar tu proceso porque seguramente has obtenido más de lo que te habías dado cuenta.
  • Celebra cada logro, esto te permitirá mantener el ánimo aún en momentos difíciles, pues si algo ayuda cuando se emigra, es ver el vaso medio lleno y no medio vacío.

Espero que estas palabras puedan acompañarte durante este proceso. Un proceso que nutre pero que necesite de su tiempo para ello

Autora: Karina San Martín – Psicóloga, especialista en Psicología Clínica

Para consultas psicochamoscenter@gmail.com

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